miércoles, 25 de febrero de 2009

Encontré... mi reflejo en sus ojos.

Estaba acostada lánguidamente en mi cama cuando escuché el murmullo silencioso de unos pasos que avanzaban solitarios por la calle.

Me levanté despacio y me acerqué a la ventana que había permanecido abierta toda la tarde, abréndole la puerta al anochecer. Ahora eran cerca de las once y media. Miré por la ventana y entonces le ví. Andaba despacio, con una bolsa al hombro. Su sombra le seguía atenta, esperando reaccionar al másleve ruido.

Se paró debajo de una farola.

Entonces bajé, abrí el portal y me acerqué a él. Le abracé.

Sólo después le mirñe a los ojos. Me perdí en el vasto océano de su mirada y vi un alma rota.


Tal vez por eso le deseé.


"Y juntos aprendimos a leer
cada centímetro de piel,
hasta encerrarnos
como presos en un beso sin cuartel
Deseo es dejarse llevar
aunque me lleves al infierno.
Deseo es morir o matar..."
.
.
.
Le comprendía, y él a mí también: sólo un poco de calor y una voz amable. Sólo enroscar unos cuantos tornillos.
Tal vez fuera más que eso. Tal vez nunca lo sepa. Pero entendí su pena, la de aquél que vaga solo en la noche, con la oscuridad pegada a la piel. Porque era mi misma pena.
Y en sus ojos encontré... un espejo.

2 comentarios:

  1. aiss!!

    enroscado tornillos eh!jejje

    me suena a B.!B.!

    "B." de...ja teu diré demà!

    besets!

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  2. Anna! Que no sabem mai de tu! Aix... a veure si fas aparició pronte pes nostre pis!

    1kiss

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